¿Por qué nos cuesta tanto hacer las cosas al derecho? ¿Por qué nuestros políticos solo conciben la política como un ejercicio electoral y no como un acto de ejercer responsablemente el poder para sacar el país y a su gente adelante?

Hábil y oportunista como es, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, se apropió de la idea de descentralizar el país. El martes pasado logró que la plenaria del Senado le diera luz verde a la reforma del Sistema General de Participaciones, es decir, mayores transferencias de recursos a las regiones. Este ha sido un clamor por parte de los gobernadores desde hace muchos años. ¿Cómo estar en contra de esto?

Pues bien, como casi todo lo de este gobierno, la propuesta de Cristo no es más que un acto de demagogia irresponsable y con medias verdades. Las personas que más saben de economía en este país han advertido sobre el colapso financiero de Colombia con este Acto Legislativo.

“Por lo visto no tenemos ni gobierno responsable ni senado responsable !!! Triste poner en riesgo de semejante manera el futuro de las finanzas de Colombia”, señaló en X el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.

La descentralización, además de ser algo que quiere la mayoría de los colombianos, es necesaria para resolver de forma oportuna y eficaz los problemas que acucian a cada departamento. Pero el Acto Legislativo no es más que un documento que no busca otra cosa que caudal electoral para Cristo y en su defecto para el candidato del Pacto Histórico de cara a las elecciones del 2026. No solo la propuesta del gobierno quebraría a Colombia en los años venideros, sino que tampoco hay una descentralización como tal. El gobierno nacional seguiría determinando en gran medida en qué se gastarían los recursos adicionales que le reparte a los departamentos. Como el colombiano poco se informa, se queda con el titular, pero la realidad es que la tal descentralización no existe.

Dicho esto, en paralelo sí hay un proyecto descentralizador por completo, y es el referendo de autonomía fiscal que ha propuesto el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, que busca que los departamentos retengan sus impuestos de renta y patrimonio para gestionarlos acorde a sus dolores y necesidades. Esto sí, rompería de una vez por todas con las cadenas del centralismo.

Rendón lleva cocinando esta propuesta desde hace muchos años. No es un acto desesperado demagógico. Ha hecho la tarea de reunirse con economistas, académicos, exministros, congresistas y otros expertos para afinar cada detalle. Soy consciente de ello porque como miembro del comité promotor he estado en numerosas reuniones entendiendo el tema.

¿Por qué nos cuesta tanto hacer las cosas al derecho? ¿Por qué nuestros políticos solo conciben la política como un ejercicio electoral y no como un acto de ejercer responsablemente el poder para sacar el país y a su gente adelante?

Con muy poca discusión, el Acto Legislativo pasa ahora a la Cámara de Representantes, donde tendrá dos debates. Pasará. No solo es el centralismo el que le hace daño a Colombia, como lo dice el propio Cristo. También son políticos como él los que tienen al país congelado en la mediocridad entre la misma basura de siempre.

Fuente: https://www.elcolombiano.com